Valores Valiosos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

¿Estamos enseñando a nuestros hijos los valores que creemos son importantes para vivir una vida responsable y significativa?

Vivimos en un mundo de alta velocidad y con muchas exigencias.  Los medios de comunicación bombardean a los niños con mensajes que son a menudo opuestos a lo que valoramos.  Éstos animan a los niños a querer más, comer más, ser “sexy”, ser irrespetuosos hacia los adultos, y los niños pasan horas en los medios electrónicos.

Es difícil enseñar a los niños que no pueden tener todo lo que quieren, o lo que tienen sus amistades.  El estimularles a apreciar lo que tienen, a disfrutar la naturaleza, y a ahorrar para algo especial toma tiempo, atención, paciencia, y persistencia.

Es nuestro trabajo como padres, maestros y otros adultos dedicar tiempo a los niños, y no usar el dinero o los regalos como sustitutos de la atención.  El tiempo juntos es el mejor regalo que podemos dar a nuestros niños.

Los adultos comunicamos nuestros valores por medio de nuestras expectativas, palabras, y acciones.  Los niños ven lo que hacemos, y si nos ven mostrando generosidad hacia otros, aprenderán a ser generosos.  Si nos ven agradecidos por los placeres sencillos, no serán codiciosos.  Si exigimos que usen buenos modales, aprenderán a decir “por favor,” “lo siento” y “gracias.”

Guías

1.    Enseñar con nuestro ejemplo, siendo respetuosos y notando lo bueno en las personas y en la vida.  Cuando veamos una película juntos, hablemos sobre los valores de los personajes.

2.    Cenar como familia lo más posible, y conversar sobre eventos comunitarios y culturales que merecen ser discutidos.

3.    Reconozcamos a nuestros niños por ayudar con los platos, o por visitar a la abuela.  No los elogiemos solamente por su desempeño en la escuela o los deportes.

4.    No esperemos que nuestros niños sean perfectos.  Disculpémonos cuando cometamos errores.

5.    Expresemos nuestras opiniones, pero respetemos las diferentes.  Aprendamos sobre culturas y religiones diferentes a las nuestras.

6.    Cuando nos sea posible, llevemos a nuestros niños al trabajo con nosotros.

7.    Resolvamos conflictos sin lastimarnos.  Cuando estemos enojados, calmémonos antes de disciplinar a nuestros niños.

8.    Sentémonos metas como familia, anotémoslas, y discutamos cómo las alcanzaremos.  Tal vez en fechas especiales trabajemos en un refugio, o cocinemos para un vecino que parece sentirse solo.

9.    Besemos a nuestros niños a la hora de dormir.  Digámosles cuán importante son en nuestras vidas.

10.    Escuchemos con nuestros oídos, ojos, cerebro y corazón.  ¡Apreciemos nuestra familia!

Por nuestros niños, decidamos qué es importante para nosotros, y acordemos qué hacer en el año entrante para añadir más significado a nuestra vida familiar, según nuestros valores.