Timidez en la Niñez

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

La timidez en sí misma no es problemática o patológica, mas puede llegar a serlo cuando causa malestar o ansiedad excesiva, o cuando persiste a través del tiempo y de los contextos. La timidez también puede entorpecer el desarrollo infantil sano al interferir con las relaciones sociales y el desempeño académico.

Los niños tímidos tienden a ser ansiosos, pero pueden crecer felices y exitosos. Entendamos y atendamos a nuestros niños tímidos, para que así sea.

Características

  1. Les toma tiempo entrar en calor, desarrollar confianza.
  2. Se sienten inseguros y vulnerables, incómodos con personas y/o en lugares desconocidos.
  3. Tratan de evitar el hablar, y ciertas personas, lugares, o situaciones sociales.
  4. Tienen dificultades expresando sus pensamientos y sentimientos.
  5. No manifiestan sus talentos y potencialidades.
  6. Sufren achaques físicos relacionados al estrés.
  7. Prefieren estar solos y no toman la iniciativa para hacer amistades.
  8. Se apegan a sus adultos de confianza.
  9. Tienen concepto bajo de si mismos y son sensibles a la crítica.
  10. Sucumben ante la intimidación y se les dificulta pedir ayuda.

Causas

  1. La ansiedad ante la separación, etapa normal en el desarrollo infantil.
  2. La ansiedad hacia los desconocidos, fase transitoria en el desarrollo infantil.
  3. Predisposición genética a heredar la inclinación hacia la timidez.
  4. Diferencias temperamentales naturales.
  5. Conductas aprendidas por imitación mediante el ejemplo de modelos tímidos.
  6. Secuela del haber experimentado crítica y/o burla.
  7. Falta de experiencia practicando conductas alternas.
  8. Ambientes familiares de sobreprotección y aislamiento social.
  9. Respuesta al descuido, a la negligencia.
  10. Amenazas y disciplina severa generan inseguridad y timidez.

¿Qué Decir?

  1. Te amo y te acepto tal cual eres.
  2. Hay tiempo para todo: tiempo a solas, y tiempo en compañía.
  3. Voy a ayudarte a que te sientas más cómodo y sobreponerte a la timidez que te limita.
  4. Sé que es difícil para ti, y sé que puedes hacerlo.
  5. Aunque te sea incómodo, te sentirás mejor una vez lo hagas.

¿Qué Hacer?

  1. Responder a las conductas tímidas con paciencia, respeto, comprensión, y compasión.
  2. Prestar atención a lo que el niño hace y no hace, cuándo, dónde, y con quién.
  3. Exponer al niño gradualmente a personas y situaciones seguras.
  4. Acordar citas para jugar con niños de familias de confianza.
  5. Elogiar los comportamientos, esfuerzos, acercamientos, cambios, y logros.
  6. Enfatizar las capacidades y habilidades del niño, e inscribirle en clases relacionadas.
  7. Usar juegos para enseñar destrezas sociales.
  8. Dar al niño responsabilidades razonables a cumplir, y alentar, animar, ayudar, y apoyarle en la toma de decisiones.
  9. Coordinar con maestros y otros adultos que muestren atención y cariño al niño.
  10. Consultar consejeros o sicólogos y leer libros e información por Internet.

¿Qué Evitar?

  1. Llamar al niño “tímido,” o permitir que otras personas lo hagan.
  2. Ridiculizar o burlarse del niño, o permitir que otras personas lo hagan.
  3. Presionar al niño a la fuerza a enfrentar las situaciones angustiantes.
  4. Hablar por el niño.
  5. Comparar al niño con otros.

Si bien no son comunes las transformaciones drásticas de niños tímidos con temperamento introvertido a niños gregarios con personalidad extrovertida, los niños callados y reservados pueden llegar a sentirse seguros de sí mismos, más cómodos en situaciones sociales, más dispuestos a manifestarse, y florecer mostrando sus destrezas y talentos.