Alcoholismo de Segunda Mano

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades informa que en los Estados Unidos ocurren aproximadamente 79,000 muertes atribuibles al uso excesivo del alcohol anualmente, lo que representa la 3ra causa de muerte relacionada con el comportamiento. Existen muchas otras consecuencias físicas del abuso del alcohol, tales como caídas, ahogamientos, quemaduras, problemas neurológicos y enfermedades del hígado. Cuando una persona pierde el control por beber más alcohol de lo que su cuerpo puede procesar, también encara una amplia gama de problemas sicológicos. El alcoholismo es una enfermedad crónica. Todos podemos ayudar a reducir la vergüenza y la culpa, y a ofrecer apoyo y recursos para nuestros seres queridos enfermos de alcoholismo.

Muchos padres de familia se motivan a buscar ayuda para su problema con la bebida cuando se percatan de las consecuencias negativas que conlleva para sus hijos. Los niños sufren del “alcoholismo de segunda mano” cuando se pone en riesgo su integridad física, y también cuando sufren trauma emocional por abuso verbal, responsabilidades excesivas, vivir con miedo e incertidumbre, y aislamiento.

Qué hacer por los niños cuyos padres abusan el alcohol

  • Decirle a los niños que no es su culpa si sus padres toman. Las peleas entre hermanos y los problemas escolares nunca son la causa del alcoholismo de los padres.
  • Enseñar a los niños a reconocer cuando un adulto está bajo la influencia del alcohol y no debe manejar. Ayúdeles a hacer un plan para buscar ayuda si no se sienten a salvo.
  • Educar a los niños sobre el alcoholismo como una enfermedad que no refleja que sus padres no los aman. Los padres necesitan tratamiento profesional y apoyo de otros adultos.
  • Proveerle estructura, atención, y buenos ratos a los niños con padres que abusan el alcohol.
  • Expandir los programas de educación sobre el abuso de alcohol en las escuelas y agencias comunitarias.

Los adultos que abusan el alcohol o quienes son alcohólicos necesitan ayuda y aliento para no rendirse ante el camino de rehabilitación. La recuperación es posible, y los niños pueden sanar.