Nuestros Niños en Nuestras Manos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Cada niña y cada niño es único, “como los dedos de la mano,” mas gran parte del bienestar y porvenir de todos nuestros niños está en nuestras propias manos.

Se dice que “juego de manos, juego de villanos,” pero en este caso nuestros dedos nos pueden recordar lo que debemos hacer diariamente para apoyar, impulsar, y levantar a nuestros niños, según lo necesiten.

El Pulgar: En lugar de chuparnos el dedo o empinar la botella, animemos a nuestros niños comunicándoles confianza y esperanza.

El dedo Índice: Para apuntar al leerles, y para señalarles los caminos rectos y los torcidos.

El dedo del medio: Va directo al corazón; alentemos y demostremos a nuestros niños que los amamos.

El dedo Anular: Donde lucimos los anillos que significan compromiso; mostremos nuestra dedicación a su salud, bienestar y aprendizaje participando en sus vidas activamente.

El Meñique: Nos sirve para despejar nuestros ojos y oídos; observemos y escuchemos con atención a nuestros hijos.

No es tan fácil como suena, “no se puede tapar el cielo con un dedo.” Pero si ponemos a trabajar nuestros dedos y manos, reconoceremos e invitaremos a aquellos quienes pueden “echarnos una mano.” Extendamos nuestras manos ofreciendo ayuda y apoyo “a manos llenas,” tanto a nuestros hijos, como a otros quienes parezcan necesitar “una mano amiga.” Estrechemos sus manos, que con nuestras manos enlazadas crearemos una red que resistirá firmemente los manotazos de la vida.