Padres Amigos y Aliados

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

Una vez nacen los hijos, los padres de familia experimentan dichas y desafíos. La crianza de los niños es una responsabilidad enorme, y es inevitable que se eleven los niveles de estrés. La mayor parte de las parejas dicen experimentar un aumento en la tensión dentro del matrimonio o relación cuando se convierten en padres de familia.

Si bien hasta los buenos padres se gritan en presencia de sus niños, los estudios señalan que esto atemoriza a los niños, quienes a menudo piensan que los conflictos se deben a ellos. Es importante reducir la exposición de los niños a las peleas entre sus padres.

He aquí un ejemplo de una situación típica que puede conducir a un intercambio negativo o a una pelea:

Usted acaba de recoger a los niños del cuidado infantil; su hogar necesita limpieza, la cena necesita ser preparada, y los niños necesitan su atención. Su pareja llega a casa y dice, “Tuve un día muy difícil en el trabajo, tengo hambre, ¿por qué la cena no está lista?”

Cómo usted responderá depende de factores tales como su estado de ánimo, su crianza, si ya siente resentimiento hacia su pareja, y cómo se siente acerca de pelear en presencia de los niños.

Una persona tal vez se enojaría y gritaría desde el otro cuarto, “¿Acaso estoy de brazos cruzados? Nada más piensas en ti, así que prepárate tu propia comida.” Otro padre de familia quizás diría, “Cariño, estoy en el dormitorio. Ven y danos un beso, y luego recalentamos la comida de anoche. Siento que tu día haya sido difícil.”

¿Cómo respondería usted? Repase estas guías para mantener relaciones amorosas y amistosas con su pareja:

•    Aprendan a reconocer cuando sienten enojo, pues entonces no razonan óptimamente. “No puedo hablar ahora. Regresaré en unos minutos.”

•    Cuando se percaten de sentir estrés, tomen varias respiraciones profundas y retírense a un lugar donde puedan calmarse. Pregúntense qué sienten. ¿Es decepción, sentimientos heridos, frustración, tristeza?

•    Cuando lleguen a casa, bese o abrace a su pareja antes de empezar a quejarse. Recuerden que son amigos, y que ambos trabajan duro.

•    Saquen tiempo para cultivar la relación de pareja. Con el pasar del tiempo pueden distanciarse. Planifiquen una cita semanal, préstense atención cuando los niños duermen.

•    Compartan comentarios positivos que especifican lo que es de su agrado. “La sopa que hiciste estuvo deliciosa, gracias.” O, “Me gusta cuando le lees a los niños. Tener un ratito libre me hace bien.”

•    Cuídense. Si su pareja pierde el control, retírese o pida ayuda.

•    Procuren apoyo si parecen no poder restaurar su relación. Consulten a familiares, amistades, líderes religiosos o terapeutas.