Redadas de Inmigración

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Las intervenciones de los agentes y la oficina de inmigración (ICE, Homeland Security) a menudo precipitan experiencias estresantes y posiblemente traumatizantes para los involucrados.  He aquí unas guías para comprender y responder a las necesidades particulares de los niños.

¿Cómo reaccionan los niños?

Las reacciones cambian con el pasar del tiempo

Las reacciones varían según la edad, nivel de desarrollo y temperamento de cada niño

Si el niño presenció los sucesos, si sus seres queridos estuvieron involucrados, si tiene historial de otros eventos traumáticos en su vida, y si no tiene suficiente apoyo, las reacciones pueden ser más severas y persistentes y requerir ayuda profesional

El niño debe ser evaluado si sus reacciones les causan mucho malestar, si persisten a través del tiempo, y/o si interfieren significativamente con su funcionamiento normal

Reacciones físicas

  • Achaques y dolores
  • Cansancio y fatiga
  • Insomnio, pesadillas
  • Cambios en el apetito y en el comer
  • Orinarse en la cama
  • Brotes alérgicos

Reacciones mentales

  • Vigilancia y alerta constante
  • Falta de atención y concentración
  • Fallas en la memoria
  • Preocupaciones excesivas
  • Sensación de estar soñando
  • Imágenes o recuerdos intrusos

Reacciones emocionales

  • Sentimientos embotados
  • Tensión y nerviosismo
  • Temores
  • Ansiedad al separarse de seres queridos
  • Tristeza, llanto y desánimo
  • Irritabilidad y enojo

Reacciones conductuales

  • Retraimiento
  • Deterioro en el desempeño escolar
  • Comportamientos agresivos
  • Exigencia de la atención constante de los adultos
  • Repetición al jugar de los sucesos vividos o temidos
  • Exhibición de comportamientos más infantiles o inmaduros
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¿Qué necesitan los niños?

  • Adultos disponibles y calmados
  • Buenos ejemplos a su alrededor
  • Mensajes y actos que comuniquen seguridad, conexión, y esperanza

Seguridad

  • Asistir a la guardería o escuela regularmente
  • Conservar las rutinas y costumbres familiares lo más posible
  • Repasar libros de cuentos, videos, canciones y oraciones conocidas
  • Conversar sobre los planes de seguridad que seguirían en caso de emergencia

Conexión

  • Mantenerse en contacto aún cuando no estén juntos
  • Incluirlos al comunicarse con familiares por teléfono, correo electrónico, etc
  • Dedicar tiempo a cada niño regularmente tratándole con cariño
  • Discutir las creencias de su familia, cultura, y religión
  • Involucrar a los niños en las ceremonias espirituales según su fe

Esperanza

  • Mantener una perspectiva que reconoce y recalca cualquier buena noticia
  • Recordarles que aún suceden cosas buenas, aún en los tiempos difíciles
  • Ofrecerles ejemplos de cómo sanamos las heridas y nos recuperamos de tiempos duros
  • Demostrarles cómo podemos tomar acción involucrándonos en esfuerzos comunitarios

¿Qué hacer?

 

  • Discutir lo que los niños han visto y oído
  • Preguntarles lo que piensan y sienten
  • Prestar atención a cómo los niños lucen, lo que dicen, cómo actúan
  • Observarlos para notar cambios en su apariencia o comportamiento
  • Escucharlos con los oídos y con el corazón cuando hablan y hacen preguntas
  • Hacerles preguntas tales como “¿Qué piensas sobre...? y “¿Cómo te sientes...?
  • Proveerles oportunidades para que hagan preguntas a los adultos
  • Responder sus preguntas según el nivel de entendimiento del niño, y honestamente
  • Proveerles oportunidades para que se expresen a través del juego, arte, música, etc
  • Reconocer como válidas las reacciones de los niños, por distintas que sean
  • Dejarles saber que no es culpa de ellos cuando ven preocupados o alterados a los adultos
  • Practicar destrezas para el manejo del estrés y del enojo
  • Los adultos hemos de atender nuestras propias necesidades, y procurar apoyo personal y guía profesional

¿Qué decir?

  • “Haré todo lo posible para que no nos pase nada malo”
  • “No estás solo… No estamos solos”
  • “Muchas personas están trabajando para mantenernos a salvo y protegernos”
  • “Mantengamos la fe… Mientras hay vida, hay esperanza… ¡Sí se puede!”

¿Qué evitar?

  • Incluir a los niños en conversaciones adultas que puedan confundirles o atemorizarles
  • Exponerlos a reportajes noticiosos alarmantes de los medios de comunicación
  • Dejarnos llevar por ideas catastróficas, de impotencia, o de desesperanza
  • Fiarnos de especulaciones y rumores
  • Fingir que nada importante ha ocurrido
  • Hacer promesas no realistas
  • Forzar a los niños a hablar sobre el asunto más allá de lo que están dispuestos
  • Abrumar a los niños con las preocupaciones de los adultos
  • Expresar nuestras propias emociones con violencia, adicciones, o expresando odio hacia otros