Lecciones de Vida y Muerte

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Honremos la memoria de nuestros difuntos, penemos su muerte, ¡y celebremos la vida!

Honor, a quien honor merece

He aquí algunas ideas para honrar el recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos:

  • Conservar fotos y objetos del difunto en el hogar
  • Escribir postal o carta reflexionando sobre el impacto de su vida en la familia
  • Sembrar un árbol en su memoria
  • Usar cinta, amuleto, o prendedor como recuerdo
  • Hacer donaciones a organizaciones caritativas en nombre del difunto

Donde hubo fuego, cenizas quedan

La pena es la tristeza del amor; todos penamos al perder un ser querido.  Cuando del penar la muerte se trata, recordemos contar con dos amigos (el apoyo y el desahogo), y dos amigas, (la conciencia y la paciencia):

  • Apoyo- de familiares, amigos, líderes espirituales, consejeros
  • Desahogo- hablar, lamentarse, llorar, escribir en diario, escribir cartas
  • Conciencia- decidir deliberadamente cómo rendir sus energías y su tiempo
  • Paciencia- tolerar emociones desagradables y expresarlas de maneras seguras

También podemos encontrar consuelo y sanación mediante:

  • Cuidado personal- sana nutrición, actividad física, descanso, masajes
  • Actividades- lecturas inspiradoras, arte, danza, pasatiempos, oración, meditación
  • Establecer prioridades- primero lo primero, enfocarnos en lo más importante
  • Servicio- ofrecernos a otros, a causas significativas

Por otro lado, evitemos:

  • Culpa- culparnos a nosotros mismos, a otros, a Dios
  • Prisa- precipitarnos a reemplazar lo perdido, forzar la recuperación
  • Escapes- adormecernos con comida, bebida, drogas, compras

Usar los limones agrios para hacer limonada dulce

La celebración del Día de los Muertos, así como otras tradiciones y rituales culturales y familiares, ayudan a transformar la pena de la muerte en aceptación, y la alegría de la vida en celebración.

Es importante acompañarnos en los sentimientos, y apoyarnos en las actividades a través de las cuales nuestra familia y nuestra cultura honran la memoria de los difuntos,  penan la muerte, y celebran la vida.

Todo pasa, y todo queda

La pena por la muerte de un ser querido se alivia, aunque nunca desaparezca.  A mal tiempo, buena cara.  Después de la tormenta, sale el sol, y el arco iris.