Tiempo Fuera (Time Out)

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

Tendemos a disciplinar según nos disciplinaron a nosotros, y de acuerdo a nuestra cultura y estilo de criar niños. Podemos disciplinar de manera respetuosa que comunica queremos que los niños aprendan lo correcto y no lo incorrecto, sin perder el control ni gritar. He aquí una manera de ofrecer amor y límites.

El “tiempo fuera” es una reconocida y efectiva alternativa al pegar y regañar. Los padres de familia y los maestros lo utilizan para ayudar a los niños a calmarse y manejar su comportamiento. También es una manera en que los adultos que se sienten enojados pueden calmarse y distanciarse de un niño cuando la situación está descontrolándose.

Hay diferentes maneras de hacer “tiempo fuera”; adapte lo sugerido aquí según su caso en particular. Los niños sensitivos pueden tener una reacción fuerte al ser enviados a otro cuarto para el “tiempo fuera”, y los niños pequeños pueden mostrar renuencia a separarse de sus padres. En estas situaciones podemos usar una silla o el escalón inferior de unas gradas para el “tiempo fuera”.

El siguiente método funciona para muchos niños, mas si tiene problemas hable con su pediatra, maestra(o), o consejero(a).

María: (4 años) “¡Papá, quiero más helado! ¡Por favor, papi, por favor!”

Papá: “No, querida, ya hoy has comido muchos dulces.”

María: “Pero quiero más helado” (Gritando)

Papá: “María, si sigues pidiendo no tendrás helado mañana. Deja de gritar.”

María: (Gritando) “¡Yo quiero más helado!”

Papá: “Basta. Si no paras, irás a la silla de tiempo fuera.”

María: (No para, grita más recio)

Papá: (Lleva a María y un reloj a la silla) “Pasarás 4 minutos en tiempo fuera. Sé que estás decepcionada, pero necesitas aceptar cuando te digo “No”. Una vez cumplas el tiempo fuera saldremos a caminar como habíamos acordado.”

María: (Llora)

Papá: “Regresa cuando la alarma del reloj suene, estaré esperando.”

El papá se retira, María solloza un poco y deja de llorar.  Cuando termina el tiempo fuera, el papá no guarda rencor, le demuestra atención y cariño a María, y la lleva a caminar según acordado.

María sabe por qué mereció el tiempo fuera. Se calma, y el papá evita entablar una batalla de gritos. Él quiere enseñarle a no gritar cuando no obtiene lo que quiere. Si él es consistente, ella aprenderá a no gritar cuando el papá dice “No”.

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